jueves, 9 de julio de 2020

Si te casas, que sea por amor (Gabriel Zas)



Octavio y Leticia se conocieron, se enamoraron y se fueron a vivir juntos.  Se casaron al año y Leticia repentinamente falleció a las dos semanas de contraído el matrimonio con Octavio.
Octavio dio intervención a la Justicia y declaró que Leticia padecía de fabry, una enfermedad muy poco usual, de las llamadas huérfanas, que consiste en la producción insuficiente de una enzima celular específica..
_ ¿Cuándo se enteró usted de esta patología de su esposa?_ le preguntó el fiscal a Octavio.
_ Me lo confesó ni bien nos conocimos_ respondió Octavio, dolido por la pérdida sufrida.
_ Le voy a solicitar al juez realizar la autopsia pertinente para constatar que la causa de muerte haya sido efectivamente esta patología a la que usted hizo alusión en este testimonio bajo juramento. Si los resultados son favorables, como la señora Leticia falleció dentro de los 30 días después de concebida la unión marital y ustedes convivieron previo a dicho desenlace, usted se hará formalmente acreedor de todos sus bienes personales por ley, siempre y cuando no acreditemos la existencia de descendientes o ascendientes, porque en ese caso, ellos gozarían del privilegio de la herencia. ¿Me explico?
_ Claramente, fiscal.
_ ¿Sabe si ella hizo testamento?
_ No. No hizo.
_ Raro si sabía que portaba una enfermedad potencialmente mortal.
_ Pasa que Leticia era una mujer sumamente optimista y positiva. No estaba entre sus planes morir tan repentinamente. Usted me entiende.
_ Sí, sí, claro que lo entiendo. Llegado el caso, eso se puede resolver sin inconvenientes en el fuero de Familia con representación de un abogado. ¿Sabe si su esposa tenía familiares directos?
_ No, no tenía a nadie. Solamente me tenía a mí. Sus padres murieron cuando ella era chica. Además, era hija única y nunca tuvo hijos propios con ningún hombre.
_ Está bien, no se preocupe. Cuando tenga en mi poder los resultados de la autopsia, me pongo inmediatamente en contacto con usted para notificarlo al respecto.
_ Gracias, fiscal.
Se estrecharon la mano y Octavio se retiró de la Fiscalía.   
Los resultados de la autopsia denotaron deficiencias importantes en la superficie cardíaca y dilatación evidente en la córnea y cristalino. “Estas patologías son características de la enfermedad que el denunciante alegó que la paciente padecía al momento de su deceso”, resumía el informe preliminar del forense.
_ Se debería realizar un estudio minucioso del árbol genealógico de la señora Leticia para concluir determinantemente el diagnóstico patológico declarado por el doctor Mastronuevo en su análisis_ le explicaba el fiscal a Octavio.
_ Eso es imposible_ repuso Octavio._ No tiene a nadie. Igualmente, no comprendo sus razones al respecto, fiscal. Disculpe mi ignorancia.
_ La enfermedad de Fabry es hereditaria. Y para establecer un diagnóstico certero sobre su padecimiento, junto al cuadro clínico hay que presentar el árbol genealógico del paciente para establecer vínculos y antecedentes de la enfermedad dentro del círculo familiar, ¿me comprende, Octavio?
_ Pero, eso es imposible, le repito. Ella no tenía familiares vivos.
_ Eso lo sabemos. Yo mismo, con la anuencia del juez, me encargué de verificarlo. Despreocúpese. En vista de esta situación excepcional, el juez ha dado lugar al diagnóstico establecido por el doctor Mastronuevo, por lo que ha decidido validar su declaración. Vamos a iniciar los trámites administrativos para que usted presente una certificación legal mediante un abogado en el fuero de Familia y pueda reclamar la totalidad legítima de la herencia que por ley le corresponde, ya que su esposa falleció dentro de los 30 días después de consumado el matrimonio, habida cuenta de su conocimiento previo de la enfermedad y su convivencia juntos, tal como lo establece el artículo 2436 del Código Civil y Comercial de la Nación.
_ Gracias por todo, fiscal.
_ A su disposición para lo que necesite. Lamento su pérdida, señor Octavio.
Octavio hizo un ademán con la cabeza y se retiró.
Sonreía de placer. Leticia en realidad estaba perfectamente bien de salud. Pero Octavio tuvo que buscar puntillosamente una enfermedad muy precisa que le permitiera llevar adelante su cometido. Y la encontró. Después, fue cuestión de estudiar al dedillo su sintomatología y características generales, y hallar alguna sustancia que imitase a la perfección esos síntomas y que pudiese engañar hasta a los más expertos médicos del país. Y también lo encontró. El cobalto. Envenenó a Leticia durante dos semanas con dosis excesivamente altas de cobalto hasta que falleció. Y de este modo logró quedarse con toda su fortuna y todas las posesiones que ella tenía a su nombre.  
Por un año, Octavio se mantuvo inactivo. Pasado ese lapso, volvió a la caza de otra mujer sola en el mundo, millonaria y soltera para repetir su infalible plan con una identidad completamente renovada.

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