Octavio y Leticia se conocieron, se enamoraron y se
fueron a vivir juntos. Se casaron al año
y Leticia repentinamente falleció a las dos semanas de contraído el matrimonio
con Octavio.
Octavio dio intervención a la Justicia y declaró que
Leticia padecía de fabry, una
enfermedad muy poco usual, de las llamadas huérfanas, que consiste en la
producción insuficiente de una enzima celular específica..
_ ¿Cuándo se enteró usted de esta patología de su esposa?_
le preguntó el fiscal a Octavio.
_ Me lo confesó ni bien nos conocimos_ respondió Octavio,
dolido por la pérdida sufrida.
_ Le voy a solicitar al juez realizar la autopsia pertinente
para constatar que la causa de muerte haya sido efectivamente esta patología a
la que usted hizo alusión en este testimonio bajo juramento. Si los resultados
son favorables, como la señora Leticia falleció dentro de los 30 días después
de concebida la unión marital y ustedes convivieron previo a dicho desenlace,
usted se hará formalmente acreedor de todos sus bienes personales por ley,
siempre y cuando no acreditemos la existencia de descendientes o ascendientes,
porque en ese caso, ellos gozarían del privilegio de la herencia. ¿Me explico?
_ Claramente, fiscal.
_ ¿Sabe si ella hizo testamento?
_ No. No hizo.
_ Raro si sabía que portaba una enfermedad potencialmente
mortal.
_ Pasa que Leticia era una mujer sumamente optimista y
positiva. No estaba entre sus planes morir tan repentinamente. Usted me
entiende.
_ Sí, sí, claro que lo entiendo. Llegado el caso, eso se
puede resolver sin inconvenientes en el fuero de Familia con representación de
un abogado. ¿Sabe si su esposa tenía familiares directos?
_ No, no tenía a nadie. Solamente me tenía a mí. Sus
padres murieron cuando ella era chica. Además, era hija única y nunca tuvo
hijos propios con ningún hombre.
_ Está bien, no se preocupe. Cuando tenga en mi poder los
resultados de la autopsia, me pongo inmediatamente en contacto con usted para
notificarlo al respecto.
_ Gracias, fiscal.
Se estrecharon la mano y Octavio se retiró de la
Fiscalía.
Los resultados de la autopsia denotaron deficiencias
importantes en la superficie cardíaca y dilatación evidente en la córnea y
cristalino. “Estas patologías son características de la enfermedad que el
denunciante alegó que la paciente padecía al momento de su deceso”, resumía el
informe preliminar del forense.
_ Se debería realizar un estudio minucioso del árbol
genealógico de la señora Leticia para concluir determinantemente el diagnóstico
patológico declarado por el doctor Mastronuevo en su análisis_ le explicaba el
fiscal a Octavio.
_ Eso es imposible_ repuso Octavio._ No tiene a nadie.
Igualmente, no comprendo sus razones al respecto, fiscal. Disculpe mi
ignorancia.
_ La enfermedad de Fabry
es hereditaria. Y para establecer un diagnóstico certero sobre su padecimiento,
junto al cuadro clínico hay que presentar el árbol genealógico del paciente
para establecer vínculos y antecedentes de la enfermedad dentro del círculo
familiar, ¿me comprende, Octavio?
_ Pero, eso es imposible, le repito. Ella no tenía
familiares vivos.
_ Eso lo sabemos. Yo mismo, con la anuencia del juez, me
encargué de verificarlo. Despreocúpese. En vista de esta situación excepcional,
el juez ha dado lugar al diagnóstico establecido por el doctor Mastronuevo, por
lo que ha decidido validar su declaración. Vamos a iniciar los trámites
administrativos para que usted presente una certificación legal mediante un
abogado en el fuero de Familia y pueda reclamar la totalidad legítima de la
herencia que por ley le corresponde, ya que su esposa falleció dentro de los 30
días después de consumado el matrimonio, habida cuenta de su conocimiento previo
de la enfermedad y su convivencia juntos, tal como lo establece el artículo
2436 del Código Civil y Comercial de la Nación.
_ Gracias por todo, fiscal.
_ A su disposición para lo que necesite. Lamento su
pérdida, señor Octavio.
Octavio hizo un ademán con la cabeza y se retiró.
Sonreía de placer. Leticia en realidad estaba perfectamente
bien de salud. Pero Octavio tuvo que buscar puntillosamente una enfermedad muy
precisa que le permitiera llevar adelante su cometido. Y la encontró. Después,
fue cuestión de estudiar al dedillo su sintomatología y características
generales, y hallar alguna sustancia que imitase a la perfección esos síntomas
y que pudiese engañar hasta a los más expertos médicos del país. Y también lo
encontró. El cobalto. Envenenó a
Leticia durante dos semanas con dosis excesivamente altas de cobalto hasta que
falleció. Y de este modo logró quedarse con toda su fortuna y todas las
posesiones que ella tenía a su nombre.
Por un año, Octavio se mantuvo inactivo. Pasado ese lapso,
volvió a la caza de otra mujer sola en el mundo, millonaria y soltera para
repetir su infalible plan con una identidad completamente renovada.
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