domingo, 5 de julio de 2020

Crimen perfecto (Gabriel Zas)


Asesinó a cinco personas con una clara vinculación entre ellas, fehacientemente demostrada por los investigadores. ¿Los motivos? Aún seguían siendo un completo misterio. Encontraron evidencia incriminatoria en su contra en todas las escenas y él confesó cada uno de los cinco asesinatos. Eso fue prueba suficiente para que el juez lo procesara.
Pero él no era el asesino propiamente dicho, sino quien lo manipuló era el verdadero responsable de los cinco asesinatos. Era sonámbulo y los sonámbulos son fácilmente sugestionables. Así lo convenció de que matara a esas personas y del mismo modo, presumiblemente, lo convenció para se declarara culpable, esto último, con ayuda de alguna droga potente, ya que el sonámbulo no guarda registro alguno en su cerebro de las acciones que realizó durante dicho estado del sueño.
Y para fortuna del verdadero asesino, el sonambulismo es clínicamente incomprobable. Y al haber estado consciente al momento de confesar, la historia del sonambulismo se caía por su propio peso, haciendo las salvedades de que el sonámbulo no es consciente de su condición.
Fue el crimen perfecto y así logró vengarse de las cinco personas que arruinaron su vida.  

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