Caso 7: El acechador nocturno
1
Eran alrededor de las 21 horas.
El barrio estaba tranquilo. Todas las familias estaban en sus casas reunidas y
ni una sola alma transitaba las calles. Sin embargo, se vislumbró la sombra de
un desconocido que caminaba con mucha calma y casi con pasos silenciosos. Con
el murmullo que reinaba en todos los hogares, era imposible percibirlo. Sujeto
en su mano izquierda, traía una funda larga, una funda de puro cuero negro y
forrada con las más sutiles técnicas aplicadas. Su mano izquierda estaba
abrigada con un guante negro, del estilo de los que usan los motoqueros. Su
mano derecha también. Sus rasgos no se dejaban entrever, y la noche era su
cómplice. Se paró en un momento dado en un lugar determinado y esperó, oculto
entre las sombras, agazapado como un lobo esperando cazar a su presa.
En la vereda de enfrente a la que
estaba ubicado el desconocido, salió una pareja de una casa. Era un matrimonio
y estaba siendo amablemente despedido por los anfitriones de la morada, cuando
el extraño disparó con un rifle de grueso calibre contra ellos y mató en el
acto a la mujer que se estaba despidiendo, que fuera identificada más tarde
como Ángeles Dunken. El acechador y asesino, simplemente desapareció y nadie
vio nada.
Cuando Ailen Ezcurra e Ivonne
Fraga llegaron a la escena, los peritos y todo el equipo de Criminalística ya
estaba trabajando en la escena. Ni bien llegaron al lugar, las detectives se
pusieron al corriente de lo que había ocurrido y solicitaron ver el cuerpo y
hablar con el forense.
_ Hola Zarasola_ le dijo Ailen
Ezcurra al médico forense._ ¿Qué pasó?
_.La mataron de un disparo en el
pecho cuando salía con el marido de la casa. Era la hermana de la dueña de casa
y vinieron con el marido a cenar los cuatro, se iban y de la nada pasó lo que
pasó.
_ ¿Alguien lo vio al asesino?_ le
preguntó Ivonne Fraga al doctor Zarasola.
_ No. Y en base a la trayectoria
del disparo y a la fuerza del impacto, el tipo se posicionó desde una
perspectiva de noventa grados desde la vereda de en frente. Igual, eso lo tiene
que determinar bien Balística, las armas no son mi campo.
Ailen Ezcurra cruzó, hizo unas
observaciones breves y volvió a reunirse con ellos.
_ Es lógico que nadie viera nada_
comentó._ Mucha arboleda, mucha oscuridad, el tipo se escondió bien. Asesinó a
Ángeles Dunken y se fue lo más tranquilo como si nada.
_ Esto fue premeditado_
reflexionó Fraga.
_ Y es un profesional. No es
fácil asesinar a alguien a tanta distancia y con la oscuridad en contra.
_ Estoy de acuerdo_ convino
Zarasola._ Imaginemos que pudiera haber tenido algún tipo de visión nocturna,
pero igual requiere mucha preparación un disparo de éstas condiciones. El asesino
tiene algún tipo de preparación militar. Puede ser un excombatiente de
Malvinas, por ejemplo. Un soldado del Ejército retirado, algún miembro de
alguna Fuerza... Yo centraría la búsqueda por ése lado. Es una sugerencia, nada
más.
_ Estamos de acuerdo_ dijo la
detective Fraga._ ¿ Pero, qué relación puede tener alguien así con la víctima?
Me parece muy... No sé, muy raro todo esto.
_.Es posible que no se relacione
con la víctima en sí_ opinó Ezcurra._ Puede que se relacione con el pasado del
marido, por ejemplo. O de algún otro pariente cercano al círculo íntimo.
_ Es factible. ¿Qué tipo de arma
utilizó el desgraciado este?
_ La bala es calibre 5,56 mm, del
tipo OTAN 5,56 x 45. Es la munición que utiliza el fusil M16_ explicó el
forense.
_ Un fusil de asalto_ replicó
Fraga, desilusionada._ Se consigue en cualquier lado. Es una aguja en un pajar.
¿Revisaste bien ahí enfrente, Ailen, querida mía?
_ Dame una linterna_ contestó
ella.
Con la linterna en mano, cruzó y
revisó exhaustivamente toda la vereda hasta que localizó un perdigón y un
rastro de pólvora. Se colocó los guantes y con los elementos necesarios, recabó
la prueba y la entregó para que Balística la analizara, no sin antes exhibírsela
al doctor Zarasola y a su compañera. El médico estudió el perdigón con un
examen rápido.
_ Sí, se corresponde con el arma
utilizada _confirmó Zarasola.
_ Avísanos sin encontrás algo
más_ le dijo Ailen Ezcurra al médico forense.
_ Ok. Vayan tranquilas.
_ ¡Fontán!_ llamó con un grito
Fraga al aludido. El oficial respondió al llamado enseguida.
_ ¿Hablaron con el marido, los
vecinos...? ¿Qué dijeron, qué averiguaron?_ lo interrogó Fraga.
_ Los vecinos escucharon el
estruendo y salieron enseguida a ver lo que pasaba_ respondió Fontán._ Fueron
ellos y el marido los que llamaron al 911. La ambulancia llegó enseguida, pero
la pobre mina murió en el acto. La bala le destrozó el corazón. Dijeron que no
escucharon nada en ningún momento. Y que inclusive cuando fueron a socorrer a
la víctima, al tipo jamás lo vieron irse. Calculo que porque disparó desde
enfrente, y entre la oscuridad reinante y la desesperación del momento,
olvidate que lo viesen.
_ Sí, eso lo constatamos ya_
intervino Ailen Ezcurra._ ¿Quién se beneficiaba con la muerte de Ángeles
Dunken?
_ Sus hijos. Ella le quería dejar
la mitad de la póliza a el marido y la otra parte repartirla entre sus dos
hijos. Pero su esposo, el tipo se llama Jorge Torrejón, la convenció para que
todo fuese para ellos dos. Quería asegurarles un futuro.
_ ¿Cómo está?
_.Le mataron a la mujer, ¿qué te
parece Ezcurra? Está hecho pelota pobre flaco.
_ ¿Enemigos, deudas que la mujer
mantuviera con alguien o su esposo mismo, conflictos con alguien...?_
intermedió Ivonne Fraga.
_ Nada de eso. Parece que la mina
estaba limpia.
_.Investiguen al marido y
corroboren lo de la póliza, a ver si es cierto lo que dijo sobre ése punto.
Averigüen también qué clase de mujer era ella y si no tenía algún amorío dando
vueltas por ahí a espaldas de su esposo.
_ ¿Y vos qué vas a hacer, Fraga?
_ Con Ailen nos vamos a ocupar de
otras cuestiones. Moderate, Fontan. Andá a hacer lo que te pedí, por favor.
_ Que Balística tenga listo los
resultados cuanto antes_ indicó la detective Ezcurra.
_ Ok. Pero sin arma para
cotejar...
_ No importa.
Ailen Ezcurra estaba nerviosa,
con la cabeza gacha y cruzada de brazos.
_ ¿Por qué estás así?_ le
preguntó Ivonne Fraga, afectuosamente.
_ Ojalá me equivoque_ respondió
ella en estado de alerta._ Pero presiento que este es el primero de una serie
de asesinatos más.
_ Si es así, no lo vamos a dejar
llegar demasiado lejos. Antes, lo vamos a atrapar.
_ ¿Y cómo? El tipo hizo un
trabajo impecable: no dejó ni huellas ni ADN ni nada que permita identificarlo.
Revisé el lugar del disparo dos veces y nada.
Y los peritos lo confirmaron.
_.No te olvides que somos
infalibles. Lo vamos a resolver cueste lo que cueste.
2
_ El asesino serial es
organizado, por lo general. No comete errores, se toma su tiempo, es un tipo de
buena apariencia_ le decía el comisario mayor Laberna a las detectives._ Y mata
sobre todo a personas que conoció en algún momento de su vida, impulsado por
alguna clase de motivación sexual, psicológica o de poder. Francamente, me
parece muy incipiente hablar de un asesino serial a partir de una sola muerte.
Por ahora, lo tratamos como homicidio simple.
_ Perdone, Comisario, con todo
respeto_ lo confrontó Ivonne Fraga._ Si hubiese sido un crimen personal contra
la víctima en sí, lo hubiese ejecutado de forma personal. ¿Para qué tomarse
semejante molestia y montar semejante espectáculo?
_ Quizás porque la mandó a matar
su propio esposo y contrató a un sicario y lo orquestó todo así para que no
sospecharan directamente de él. De todos modos, vamos a saber más cuando Fontán
termine con todas las averiguaciones. Sigan trabajando.
E Hipólito Laberna abandonó el
despacho.
_ No comparto la postura de
Laberna.
_ Yo menos que vos_ sostuvo Ailen Ezcurra.
_ Si es un asesino serial, ni la
elección del escenario ni la elección de la víctima responden a una cuestión
azarosa. Al contrario, obedece claramente a una lógica que tenemos que
descifrar para pararlo a tiempo y anticiparnos a él.
_.El tema es que no hay un punto
que nos marque por dónde empezar.
_ Los asesinos seriales tienen
períodos de enfriamiento. ¿Y si este tipo ya mató anteriormente y ahora volvió?
_ Buena sugerencia. Hay que
investigarlo urgente.
Fontán golpeó la puerta y entró
tras un ademán de Ailen Ezcurra.
_ Tengo todo, muchachas_ dijo el
oficial ayudante Fontán_ pero lamento tener que decepcionarlas.
Ivonne Fraga le dirigió una
súbita mirada alarmante, abriendo al mismo tiempo los ojos enormemente.
_ ¿Qué querés decir?_ lo indagó
con temor a la respuesta que estaba a punto de escuchar.
_ Tanto Ángeles Dunken como su
esposo, Jorge Torrejón, estaban más limpios que un gato_ respondió Fontán con
voz vehemente._ Revisé las finanzas del tipo, los contactos, sus antecedentes y
toda la mar en coche, y no encontré ninguna mancha en su historial. El flaco es
una joyita. Yo ya lo descartaría.
_ ¿Y ella?_ preguntó Ezcurra con
cierta expectativa en su voz.
_ Igual que él. Todo diez puntos.
_ ¿Y de la hermana de Dunken y de
su esposo, el cuñado de Torrejón, qué averiguaste?
_ La hermana de la víctima se
llama Beatriz Dunken y su marido, Santiago Lumsden, cuñado de Torrejón. Nada de
nada. Ni ella ni sus familiares ni nadie cercano a ellos. Es una familia modelo.
_ Mandala a seguir a ver si la
agarramos in fraganti en algo_ le ordenó Ivonne Fraga a Fontán, de ánimo caído.
_ Como quieras. Pero lo dudo.
_ Mantenemos al tanto.
Se iba a retirar cuando la voz de
Ailen Ezcurra lo detuvo.
_ Una última cosa, Fontán_ dijo._
Buscá casos sin resolver de hace cinco a ocho años atrás que tengan el mismo
modus operandi que este crimen o.alguna similitud relevante, que valga la pena
considerarlo.
_ Si ustedes lo dicen... Pero me
va a demorar bastante tiempo eso.
_ Procurá tenerlo en tres días
máximo.
_ Eso es algo imposible. No saben
lo que es el archivo con los expedientes de casos sin resolver. Es una locura.
Las dos muchachas miraron a
Fontán con hostilidad.
_ Ok, ok_ se atajó él._ Le voy a
pedir ayuda a uno de esos nuevitos que entraron hace poco. En tres días se los
tengo listo.
_ Más te vale, Fontán. Y no le
buchonés nada de esto ni a Laberna ni a nadie.
Fontán pareció extrañado de
momento pero se retiró sin hacer más preguntas.
_ Me molesta estar en ésta
situación, no poder avanzar_ protestó Ivonne Fraga._ Y lo peor de todo es que
si tenemos razón, no podemos hacer nada para evitar una segunda muerte.
_ Sí vos fueses el tipo este_ le
dijo Ailen con un ápice de lucidez mental, _ ¿por qué elegirías este lugar para
el primer asesinato? Digo, teniendo en cuenta que pudiste haber empezado por
otra víctima, por otra zona de ataque...
_ Porque sería el escenario ideal
para que no sospechen de mí. Espero al acecho de la oscuridad, estoy alerta, y
en cuanto se me presenta la oportunidad, perpetro el ataque y huyo sin que me
vean.
_.No se trata de la víctima, si
ése es el caso, sino del asesino. Se siente frustrado por algo que no puede
demostrarle al mundo y descarga su ira de ésta forma, matando gente al azar en
lugares al voleo.
_ Y la oscuridad y el pasar
desapercibido implica una crisis existencial severa: que para la sociedad, él
es invisible.
_ Algo es algo... ¡Pero no nos
alcanza! No tenemos la certeza absoluta de que ése sea el caso.
3
El desconocido se posicionó en
una ubicación similar a la del primer asesinato. Sólo cambió el horario. Eran
cerca de las 22 horas. Esperó el momento
oportuno y mató de un disparo certero a Enrique Scoti, que salió a sacar la
basura. E igual que la vez anterior, nadie vio al asesino.
_ Mismo método, misma arma, mismo
ángulo de disparo, mismo todo_ comentaba Zarasola una vez en la escena del
crimen._ No hay dudas: es el mismo asesino.
Ailen Ezcurra suspiró resignada.
_ La teoría del asesino serial es
correcta_ dijo luego, indignada.
_ Aunque las características de
este crimen son comparables con las del asesinato anterior, las dos escenas
están muy alejadas una de otra.
_ Lo importante para el
desgraciado este es replicar el método_ intervino Ailen Ezcurra._ Comete el
homicidio en cualquier zona que se ajuste a sus pretensiones.
_ Se mueve en coche_ reflexionó
Fraga._ Recorre los barrios durante el día para elegir el lugar predilecto para
el asesinato. Dos muertes en dos días. Va rápido.
_ La oscuridad es simbólica para
él_ afirmó la detective Fraga._ Se trata de los escenarios, no de sus víctimas.
Ailen Ezcurra lo buscó a Fontán
para hacerle una serie de preguntas.
_ ¿Qué averiguaste sobre la
víctima, Fontán?
_ Se llamaba Enrique Scoti, tenía
67 años y vivía solo. Sin familiares, sin hijos. Pero, por lo poco que pude
averiguar hasta ahora, el tipo estaba sucio. Parece que es mafioso, traficante
de drogas. Ayer a la noche, dijeron los vecinos que vinieron dos tipos y lo
amenazaron con matarlo si no les devolvía lo que les robó. Parece que no tuvo
mejor idea que robarle a la mafia.
_ Verificalo. ¿Los vecinos
descubrieron el cuerpo?
_ Sí, exactamente igual al crimen
anterior. Y por lo que se puede ver, ninguna relación aparente con Ángeles
Dunken, la primera víctima.
_ Igual, encargate de verificar
esto también. ¿Descubriste algo llamativo sobre Beatriz Dunken?
_ No. Va de la casa al trabajo y
viceversa. Alguna cena afuera con el marido, una rutina normal, nada
sospechoso.
_.Listo, dejala. Enfocate ahora
en ésta nueva víctima y averiguá todo lo que puedas. ¿Qué hay de los casos sin
resolver que te mandamos a chequear con Ivonne?
_ Estoy trabajando en eso. Estoy
yendo tan rápido como puedo.
_ Lo necesitamos urgente para
mañana. Sumale el escenario, parece que es algo significativo para él.
_ Dale, les aviso en cuanto tenga
algo.
_.Gracias, Fontán.
_ Insisto en que hablar de
asesino serial es erróneo todavía_ sostenía Laberna, de nuevo en la Comisaría._
Para que encuadre dentro de la figura de lo serial tiene que haber matado a un
mínimo de tres víctimas para arriba. Y tengo dos.
_ No están relacionadas las
víctimas entre sí, Comisario_ refutó Ivonne Fraga._ Tenemos razones para creer
que el tipo este quería matar en verdad a la segunda víctima y que asesinó a la
primera a expensas de cubrir su verdadero crimen.
_ No quiero creencias. Nada de
"creemos". Quiero las pruebas y al loco este encerrado. El fiscal y
los abogados me están pidiendo presentar un caso sólido y encima el juez me
está hinchando soberanamente las pelotas. Entre el fiscal, los abogados y el
juez...
_ Hacemos lo que podemos.
_ ¡Hagan más! Ustedes son las
mejores. Quiero este caso resuelto en cuarenta y ocho horas, ¿quedó claro? A trabajar.
E Hipólito Laberna abandonó la
sala y cerró la puerta de un portazo. En tanto las detectives, se miraron una a
la otra con rencor e impotencia.
_ Laberna tiene el cerebro de
plastilina. Que se ponga él a laburar con su equipo si quiere resultados
óptimos. Magia no hacemos nosotras_ protestó enojada Ailen Ezcurra.
4
Al mediodía del día siguiente,
Fontán les llevó a las detectives las noticias que tanto estaban esperando.
Estaba tan ansioso, que ingresó a la sala de reuniones sin antes golpear la
puerta.
_ Sí, pasa, Fontán, adelante. No
hay problema_ ironizó Ailen Ezcurra.
_ No me lo van a creer_ dijo él
efusivo, haciendo caso omiso al chascarrillo de la detective.
_ ¿Qué encontraste?_ le preguntó
Ivonne Fraga con un haz de luz en sus ojos.
_ Scoti, la segunda víctima,
estaba efectivamente metida en la mafia de las drogas. Trabajaba para un dealer
muy pesado y peligroso que se llama Nicky Rojo. Este capo narco es panameño y
fue justamente Scoti quien lo trajo al país hace cuatro años. Parece que Rojo
le encomendó entregar 10.000 kilos de diversas drogas sintéticas a unos
clientes en la frontera con Paraguay. Pero Scoti, lejos de serle leal a Rojo,
se quedó con toda la plata de la transacción. Intentó disuadirlo a Rojo, pero
es obvio que el flaco no se comió ninguna de las excusas de Enrique Scoti y lo
apretó en la casa con dos matones.
_ Fue lo que te dijeron a vos los
vecinos_ opinó Ezcurra.
_ Sí, pero acá viene lo mejor. Tuvo
otra apretada el día anterior del asesinato de Ángeles Dunken y los vecinos
dijeron que lo vieron amenazarlo con un arma larga, como un rifle o un fusil. Y
confirmé que entre las víctimas no existe vínculo alguno que las relacione.
_ Teníamos razón_ se contentó
Fraga._ Mató a Ángeles Dunken para cubrir el crimen de Scoti, su real objetivo.
Y lo asesinó en segundo lugar porque si lo mataba de entrada iba a ser muy
sospechoso.
_ Que Laberna pida una orden de
allanamiento para la casa de Rojo.
_ Grande, Fontán_ lo elogió
Ailen._ Igualmente, seguí buscando lo otro que te pedimos. Por ahí descubrimos
algo más.
Y ambas mujeres salieron del
despacho a las apuradas.
El comisario mayor Laberna le
pidió al juez, mediante el fiscal de turno, la orden de allanamiento, que fue
aprobada sin demoras. En la casa de Nicky Rojo encontraron drogas, dinero,
joyas, pasaportes falsos y un fusil M16, el mismo calibre utilizado en los dos
crímenes. Fue arrestado por los oficiales y las detectives fueron las
encargadas de interrogarlo. A su vez, el arma incautada fue llevada a Balística
para que la cotejara con las balas recuperadas de los cuerpos.
Tanto Ailen Ezcurra como Ivonne
Fraga le expusieron al sospechoso todo el caso y los detalles del mismo que lo
llevaron a su detención.
_ Sí, lo amenacé dos veces_ dijo
Nicky Rojo, irritado._ Entiendan: me robó medio millón de pesos. Pero no lo
maté.
_ Es difícil creer que no lo
mataste y más por ésa suma. Sos de la mafia y las traiciones como éstas se
pagan con la muerte_ le dijo Ivonne Fraga con displicencia.
_ Mataste a una mujer inocente
para que no sospecháramos de vos. Qué inteligente_ agregó Ezcurra._ A los
cargos por narcotráfico, robo y lavado de dinero, se te suma el de homicidio
doble. Mínimo, con todo esto, te van a dar de veinticinco años para arriba.
_ ¡Yo no lo maté!_ insistió Rojo
golpeando la mesa con violencia.
_ ¡Calmate! Balística está
analizando tu arma con las balas que mataron a las dos víctimas. Es cuestión de
tiempo para que lleguen los resultados.
_ No van a encontrar nada. No
pueden probar nada.
_ Todos dicen lo mismo. Ponete
cómodo porque por veinticuatro horas esta sala va a ser tu hogar_ le informó la
detective Ezcurra.
El interrogatorio y el
intercambio de palabras siguió por unos minutos más hasta que Fontán llevó
noticias no muy agradables.
_ Balística mandó los resultados_
confirmó Fontán con voz apagada.
_ ¿Qué pasa? Hablá_ lo apuró
Ailen Ezcurra_ ¿Tenemos una coincidencia?
_ Negativo. Las balas que mataron
a Dunken y Scoti no provinieron del arma de Rojo. No es nuestro sospechoso. El
verdadero asesino sigue suelto.
_ ¡No puede ser!_ gruñó furiosa
Fraga._ Teníamos todo para detenerlo. Hay algo que no estamos viendo.
_En el allanamiento no
encontraron dos armas iguales_ aseguró Fontán.
_ Lo que no significa que no las
haya_ opinó con convicción Ezcurra._ El tipo sabía que de un momento a otro lo
agarraríamos y se encargó de cubrir bien sus rastros. Es mafioso, sabe cómo
planificar un asesinato sin que nunca se lo vincule a él con el mismo.
_ ¿Qué sugerís?_ le preguntó su
amiga.
_ Vamos a mantenerlo aprehendido
las veinticuatro horas reglamentarias. Si fue él, tenemos que movernos ya para
encontrarlo.
Fontán y Fraga coincidieron con
la propuesta. Pero una presencia inesperada y repentina en la Comisaría, echó
por tierra todos los planes de las detectives. El doctor Benjamín Liszt,
abogado defensor de Nicky Rojo asignado por el Ministerio Público de la
Defensa, se presentó para liberar a su cliente de inmediato.
_ Es sospechoso de homicidio_ le
dijo Fraga al doctor Liszt._ Vamos a retenerlo las veinticuatro horas que
establece la ley.
_ Que yo sepa, detective_ le
replicó el abogado con soberbia,_ las balas de las dos víctimas no se
corresponden con el arma que encontraron en posesión del señor Rojo, por lo que
automáticamente entiendo que tienen que liberarlo de inmediato.
_ Está involucrado en las dos
muertes. Y que el arma confiscada no sea la homicida, no lo absuelve de culpa y
cargo a su cliente.
_ Pruébelo, si está tan
convencida de eso, detective Fraga.
_ Lo voy a hacer.
_ Buena suerte con eso. Ya le
pedí al juez de turno la eximición de prisión de mi cliente y su inmediata
liberación. Estoy a la espera de su decisión. Estamos listos para irnos.
_ Su cliente, abogado_ lo increpó
Ailen Ezcurra, _ es un traficante de drogas que además lava dinero y roba.
_ No lo tienen aprehendido por
narcotráfico, sino por ser sospechoso de homicidio y contra eso,
lamentablemente no tienen nada en su contra más que una ridícula hipótesis sin
fundamentos. Son dos causas diferentes. Y si intentan detenerlo por estos otros
cargos, las denunciaré ante la Justicia y presentaré un habeas corpus, y ya no
podrán volver a meterse con él.
Ivonne Fraga tuvo un impulso por
contestarle al abogado, pero su amiga la detuvo a tiempo. En tanto, ellas como
Fontán miraban al doctor Liszt con impotencia e indignación. Benjamín Liszt,
por el contrario, tenía una expresión petulante, soberbia y egoísta, y sonreía
ante la cara de ellos tres de forma arrogante y burlona. El silencio que
sucedió a la situación fue de una incomodidad insostenible. Pero finalmente el
comisario mayor Laberna rompió bruscamente ésa armonía fingida. Traía una hoja
entre sus manos que la sacudió en el aire con prepotencia
_ El juez autorizó la eximición
de prisión de Rojo_ dijo obstinado, y miró a las detectives con reproche.
_ Con permiso_ dijo Benjamín
Liszt con jactancia._ Detectives, fue un placer. Ojalá encuentren a su asesino
cuanto antes.
Mientras Liszt y Rojo abandonaban
el destacamento, todas las miradas de resignación y frustración estaban puestas
sobre ellos dos.
_ Tendría que echarlas de una
patada_ le dijo Laberna a Fraga y Ezcurra, después de que los dos hombres
abandonaran definitivamente el lugar._ Pero admito que tenían una buena base en
la que basar sus sospechas y la comparto. No se duerman, hay que agarrarlo ya.
Sigan trabajando.
Y se retiró conforme del
desempeño de las investigadoras.
_ Un cómplice de él fue quien
llevó a cabo los dos asesinatos, pero tenemos que demostrarlo. Así Rojo se
aseguró de tener una coartada y por eso estuvo tranquilo tanto durante al
allanamiento como durante el interrogatorio_ opinó Ailen Ezcurra algo
frustrada.
_ O por ahí realmente el tipo no
tiene nada que ver_ comentó Fontán,_ y ustedes se obsesionaron con él.
_.Andá Fontán, a seguir con lo
que te pedimos_ le ordenó Ivonne Fraga._ Estamos otra vez en cero y eso es lo
único que tenemos ahora. Casos sin resolver similares a estos crímenes,
asesinos seriales no capturados... Todo. ¡Movete, Fontán!
Y el oficial ayudante salió de la
oficina a toda máquina.
5
Tanto Ivonne Fraga como Ailen
Ezcurra estaban encerradas en una sala aislada del resto de las oficinas de la
Comisaría en absoluto silencio analizando todas las evidencias y todo el caso
en general otra vez. No hablaban entre sí ni se miraban. Estaban absortas cada
una dentro de sus propios pensamientos y reflexiones, y ni el menor ruido
proveniente del exterior las perturbaba. Pero eso cambió radicalmente cuando
Fontán las interrumpió con una noticia que no estaba en los planes de ninguna
de las dos.
_ Lo hizo otra vez_ fue lo único
que dijo Fontán exaltado y descolocado.
Las detectives se miraron una a la
otra con intolerancia y fueron directo a la escena decididas a atrapar al
misterioso acechador nocturno.
_ El homicidio fue alrededor de
las 21.30, 22 horas_ le explicaba Zarasola a Fraga y Ezcurra en la escena._ Se
repite el mismo patrón de los dos homicidios anteriores. Lo único que cambió
fue el ángulo de disparo.
_ ¿Por qué?_ preguntó secamente
Ivonne Fraga.
_ Yo creo que por el árbol ése_ y
señaló uno que estaba a unos metros del lugar del disparo._ Le tapaba bastante
la visual seguramente y se acomodó para no errarle. Es lo único lógico que se
me ocurre a partir de lo que la evidencia nos dice.
_ ¿Y dónde está la lógica en
esto, Zarasola?
Ivonne Fraga caminó a lo largo de
la escena y se ubicó en diferentes perspectivas.
_ Pudo disparar desde cualquiera
de estos ángulos_ confirmó._ Todos son igualmente buenos. ¿Entonces?
_ Además, sabemos que es muy meticuloso
para elegir el lugar_ reflexionó Ezcurra en voz alta.
_ No es para menos. ¿Por qué el
cambio de comportamiento? ¿A qué responde?
_ Ojalá pudiera decirles más_
dijo el forense, apenado.
_ Está bien, Zarasola_ repuso
Fraga._ ¿Qué hay de la víctima?
_ Se llamaba Hernán Caviglia.
Murió como las dos víctimas anteriores. Por la posición del cuerpo, parece que
recién llegaba de trabajar. El pobre hombre no lo vio venir. Quizás por esto el
cambio de perspectiva del disparo. Es absolutamente lógico.
_ No, definitivamente no_
ratificó la detective Fraga.
_ Es perseverante y se toma su
tiempo_ dedujo Ailen Ezcurra.
_ Y los vecinos no lo vieron_
aseguró Fontán, acercándose hacia ellas._ Escucharon los disparos y salieron a
ver qué pasaba. La historia se repite de nuevo.
_ ¿Familiares, amigos,
conocidos?_ preguntó Ivonne Fraga.
_ Vivía solo. Trabajaba en una
fábrica de muebles en Bella Vista. Su familia vive en Villa María, Córdoba.
Mañana vienen para acá en el primer vuelo disponible para Buenos Aires. Sin enemigos, sin problemas... ¿Qué piensan?
_ Que por mi parte, me voy a
volver loca_ afirmó casi en un alarido, Fraga.
_ Si esta otra víctima está
limpia como Dunken, volvemos a lo mismo: mataron a Dunken y a Caviglia para
cubrir el asesinato de Scoti_ manifestó a viva voz, Ailen Ezcurra.
_ Ya por hoy es demasiado_ se resignó
Ivonne Fraga._ Me voy a mi casa a descansar. En estas condiciones no puedo
pensar con claridad.
_ Vayan las dos_ las alentó el
médico forense, Zarasola._ Con Fontán las cubrimos. Hay mucha gente eficiente
procesando la escena. Vayan, lo necesitan.
Ivonne Fraga dibujó una sonrisa
de gratitud en sus labios y se retiró.
_ Gracias, muchachos_ repuso
Ailen Ezcurra con voz agobiada._ Mañana nos ponen al tanto de todo.
Y se marchó.
6
Ivonne Fraga y Ailen Ezcurra
estaban intercambiando opiniones entre sí después de que fueran notificadas
sobre los recientes avances inherentes a la última muerte. No había nada de
extraordinario en eso. Las dos estaban muy consternadas por no poder resolver
el caso exitosamente en tiempo y forma. De los pocos que les había tocado
investigar hasta ése momento, este era el más complejo.
La irrupción intempestiva del
ayudante Fontán rompió sus esquemas de momento.
_ ¿Qué pasa, Fontán?_ le preguntó
de mala gana Ailen Ezcurra cuando lo vio ingresar a la oficina.
_ Tengo algo_ dijo efusivo
mientras sostenía una carpeta.
_ ¿Qué encontraste?
_ Hace siete años atrás, alguien
que nunca identificaron mató a Antonio Echauri de un disparo en el pecho.
Echauri era un reconocido abogado penalista que se involucró en los casos más
controversiales que emergían dentro de la esfera judicial. Parece que el tipo,
según el expediente, manipulaba la evidencia y extorsionaba a los testigos para
que sus clientes no fueran juzgados. Defendía a los más altos y peligrosos
criminales que había por entonces en el país.
Echauri tenía un hermano: Gustavo
Echauri, también abogado Penal. Una noche, Antonio se fue del estudio una hora
antes porque le había surgido un imprevisto de último minuto y Gustavo se quedó
solo hasta que se fue. Aprovechó para adelantar trabajo y se retiró cerca de
las 20.15. Cuando estaba de espalda cerrando el estudio, desde enfrente le
dispararon con un fusil en la espalda y escaparon. Gustavo Echauri falleció en
el acto.
Lo investigaron, pero estaba
limpio. Y la Policía siempre sostuvo que el verdadero objetivo del asesinato
era Antonio y no Gustavo por lo que les comenté antes. Y no es casualidad de
que Echauri haya sido abogado en su momento de Nicky Rojo en una causa por
contrabando de drogas.
_ El asesino no sabía que Antonio
Echauri se había retirado antes y mató al hombre equivocado_ reflexionó con
emoción Ailen Ezcurra._ Reconoció su error pero volver por Antonio Echauri era
demasiado arriesgado y desistió de la idea. Y Nicky Rojo fue el señuelo ideal.
_ Esperó siete años_ continuó
Fraga por la misma línea de pensamiento de su compañera._ Atacó a tres víctimas
al azar para cubrir su error y para desviar la atención, y ahora va por su
premio mayor. Va por Antonio Echauri. Fontán, averiguá ya mismo donde vive
Echauri y prepará al resto del equipo. Nosotras vamos a hablar con Laberna. Nos
vemos allá. ¡Movete!
_ Buen trabajo_ lo elogió Ailen.
Cada cual cumplió con lo
dispuesto. Las detectives tuvieron la asidua tarea de convencer al comisario
Laberna de que ésta vez no estaban equivocadas y después de unos minutos de
difícil negociación, lo consiguieron. Fontán consiguió la dirección de Antonio
Echauri y se trasladaron de inmediato hasta su domicilio en varias unidades.
Cuando arribaron al lugar, mantuvieron todos un perfil bajo y se escondieron
algunos en lugares estratégicos y otros monitoreaban la situación desde el
interior de dos unidades equipadas.
Eran alrededor de las 20.40
cuando el sospechoso se apersonó en el lugar. Después de prepararse, las
detectives Fraga y Ezcurra emergieron desde la oscuridad y arrinconaron al
desconocido por los dos costados apuntándole cada una con su arma
reglamentaria.
_ Bajá el arma lentamente y
apoyala despacio sobre la vereda_ le ordenó contundente Ivonne Fraga.
El asesino obedeció sin oponer
resistencia alguna.
_ Despacio de rodillas y las dos
manos atrás de la nuca.
El extraño volvió a obedecer. E
Ivonne Fraga procedió a esposarlo mientras Ailen Ezcurra le revisaba todos los
bolsillos y lo palpaba. Cuando lo vieron directo a los ojos, ambas mujeres se
quedaron sin palabras, pues no salían de su asombro. El desconocido era nada
menos que el médico forense, el doctor Francisco Zarasola.
_ ¡Vos!_ le dijo Ailen Ezcurra
enardecida._ Siempre estabas ahí. Vos, desgraciado. Te escondite a la vista de
todos, basura. ¿Por qué Zarasola? ¿¡Por qué!?
_ Nunca lo entenderían_ repuso
sin mostrar arrepentimiento de ningún tipo por sus actos.
Hubo un intercambio de miradas
que expresaban todo tipo de emociones y finalmente unos oficiales se lo
llevaron detenido. Las detectives aún no
salían de su asombro.
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_ Por eso Zarasola nos dijo lo
del árbol, por eso tenía precisiones sobre algunos detalles_ reflexionó
Ezcurra, de nuevo en la Comisaría y aliviada por resolver finalmente el caso.
_ Se metió en la oficina de
archivos y buscó hasta que encontró lo de Echauri que inexorablemente lo llevó
a Nicky Rojo y después sólo tuvo que coordinar el trabajo y listo_ adujo
Fraga._ Lo habrá seguido a Rojo, habrá investigado un poco más a fondo y todo
lo arreglado.
_ Que lo parió, cómo nos embaucó.
Todo el departamento confiaba en él y mirá. Te confieso que Zarasola es de la
última persona que hubiese sospechado.
_ Nunca se me cruzó por la cabeza
que el asesino pudiera ser uno de nosotros. Ni en sueños.
_ Menos mal que no anticipó que
habíamos deducido lo de Echauri y fue.
_.Por regla general, en ésta
Comisaría el forense siempre es el último bocado del tarro. Sino, estábamos
sonadas.
_ Tarde o temprano lo hubiésemos
descubierto.
_ No si el crimen de Echauri era
el último. Habríamos caído en su juego y chau, olvidate.
_ Lo que no me queda claro es el
motivo.
_ Yo se los resumo en dos
palabras_ dijo Laberna, interrumpiendo a las dos mujeres._ Zarasola estaba
estudiando Física en la universidad. Le faltaba la tesis final para recibirse
que consistía en dar una explicación convincente a un teorema no resuelto por
la ciencia aún. Se encaprichó en intentar demostrar la fuerza del impacto en
detrimento con los factores de velocidad y trayectoria. No sé, no entiendo nada
de éstas cosas.
_ Y cometió los asesinatos de
ésta forma para intentar demostrar en la práctica lo que sostenía en la teoría_
anticipó inteligentemente Fraga.
_.En resumen, fue eso_ confirmó
Laberna._ Ya habló y está listo para firmar la confesión.
_ Qué enfermo de cuarta.
_ Buen trabajo, chicas_ las
felicitó Hipólito Laberna._ Estoy orgulloso de ustedes.
_ Fue un gran trabajo en equipo,
Comisario_ lo rectificó Ailen Ezcurra._ Fontán hizo un trabajo impecable.
Laberna estaba a punto de
abandonar el recinto, cuando retrocedió unos pasos hacia su interior otra vez.
_ ¿Adivinen cuál era la materia
que más odiaba en la Secundaria?_ preguntó con un inofensivo sarcasmo.
Las detectives lo miraron con
cierta rispidez reflejada en sus ojos y Laberna sólo soltó una sonrisa
indiscreta al aire.